Los beneficios sanadores y tranquilizantes de la escritura

No estamos pasando, a nivel general, por muy buen momento. Todo ha cambiado a nuestro alrededor de la noche a la mañana. Estamos nerviosos, intranquilos, tristes; quizá poco a poco nos vamos sintiendo mejor y recuperando la normalidad en el nuevo escenario. Estamos buscando métodos, alternativas, formas de pasar el tiempo lo mejor posible, de enfocarnos en cosas positivas. ¿Has usado la escritura como recurso? No hablamos de la literaria, escribir no se reduce a eso; nos referimos a coger un bolígrafo y papel y ser tú mismo, ser tú misma.

En los momentos en los que tenemos más tiempo libre, nos inundan los pensamientos. En estas circunstancias, posiblemente el número de pensamientos negativos sea algo más abundante que los positivos, y eso está bien si es lo que sientes y te toca pasar por aquí ahora. Pero puedes jugar con eso, puedes utilizarlo como una guía para ayudarte a sentirte mejor si los expresas y los canalizas bien. La escritura es el mejor método. Da igual si nunca lo has hecho antes, no tienes que gustarle a nadie porque nadie tiene por qué leerte. Solo tienes que escribir, dejarte llevar por lo que pasa dentro de ti, y si te sientes con la comodidad y ganas de crear textos ficcionados, mucho mejor, pero no es imprescindible para sacarle partido a este ejercicio.

Se trata de mirar dentro de ti, saber qué te pasa, cómo te sientes, qué pensamientos rondan por tu cabeza. Al principio es normal que te parezca raro, ya que no estamos acostumbrados ni a pararnos ni a pensar y mucho menos a bucear en nuestro interior. Siempre se ha tomado este ejercicio de introspección con connotaciones negativas y, por el contrario, es una de las formas más saludables que tiene el ser humano de conocerse, contactar consigo mismo, atender sus necesidades y, de esta forma, mantener una coherencia entre lo que siente y hace, permitiéndole desahogarse.

Hoy vamos a proponerte una serie de estrategias que te pueden ayudar muchísimo tanto si lo haces por primera vez como si se trata de una actividad con la que tienes relación, pero ahora la tienes abandonada. Fijate en los distintos ejercicios, elige el que más vaya contigo. Toma lápiz y papel, relájate y, ¡adelante! Se trata de algo tuyo, algo que después podrás leer y te permitirá descubrir muchas cosas de ti, descubrir también cosas con otra visión más dulce y cercana, y te permitirá resolver conflictos y dejarte de preocupar por motivos que antes de escribirlos te pesaban y se te aparecían con una gran dificultad:

1. La escritura automática o natural: se trata de escribir y escribir todo lo que te venga a la cabeza, sin pensar cómo. No tienes que hacer nada bonito, no tienes por qué estar pendiente a nada más que a expresar en el papel qué te está pasando, qué estás sintiendo, qué te dices a ti mismo; nada más. No te puedes imaginar lo bien que te vas a sentir luego, al haberte liberado de la carga que tenías encima. Escribe, intenta al menos, para empezar, una media hora. Con la práctica y conforme te vayas sintiendo más cómoda lo irás alargando. Sé sincero contigo mismo, escribe lo que de verdad sientes y con las palabras que te fluyan. Déjalo reposar, unas horas, un día, y después podrás leerte. Lo leerás con mucha menos carga, te ayudará a ver qué te pasaba y ahora podrás gestionarlo mucho mejor. Te ayudará a conocerte mucho mejor, porque seguro que vas a descubrir muchas cosas nuevas de ti. Es fundamental que repitas este ejercicio, lo bueno sería un rato todos los días.

2. Las cartas: seguramente alguna vez en tu vida ya habrás realizado una actividad similar a esta, alguna vez habrás escrito alguna carta a alguien. No es necesario enviarla, pero sí expresar aquello que te gustaría contarle a alguien y posiblemente no te atreves, nunca encuentras el momento…, pero que te atormenta, inquieta o te gustaría decírselo sin más. Escríbele la carta que te gustaría, exprésate de verdad y contando todo tal y como te gustaría decírselo. Te quedarás muy bien. Puedes hacer también el ejercicio de escribirte a ti mismo, para animarte. Guardar esa carta y leerte de vez en cuando. Te aseguramos que te vas a emocionar y tus propias palabras te servirán de apoyo y aliento. Si lo prefieres, escribe una carta a tu futuro o una carta que tu futuro te escribe a ti y te explica y te recuerda que todo va a salir bien. Tú eliges a quién y cómo, pero pon tus sentimientos en el papel y verás cómo te sientes mucho más liberado y tranquilo. Léete cuantas veces quieras al acabar, te ayudará mucho. Y lo que te decíamos antes, no es necesario pensar demasiado; simplemente, escribe.

3. Listado de gratitud: es un ejercicio con muchos beneficios y que es recomendable realizar todos los días. En los momentos difíciles te ayudará muchísimo a acordarte de todas las cosas maravillosas que siempre te rodean, pese a las circunstancias. Escribe, cada día, una lista larga, almenos 15 cosas que agradeces. Tu familia, tu salud, tu tiempo, tu sofá cómodo, las vistas desde tu ventana… Ponlo a prueba, es un ejercicio muy potente y que sin darte cuenta cambiará tu estado de ánimo. Hazte con un cuaderno especial, tu diario de la gratitud, y exprésate cada día. Aunque en ciertas situaciones te cueste, haz el esfuerzo; te lo agradecerás.

4. Escritura de relatos: si te atreves, manos a la obra. Cuéntate a través del relato. Ponle imaginación, en esta ocasión, para contar algo que tienes dentro y que necesitas sacar, para expresarte. Eso sí, utiliza la tercera persona para verlo todo de una forma objetiva. Es un ejercicio liberador, a la vez que desarrollas tu creatividad.

5. Diarios: si te gusta escribir diarios es la oportunidad maravilllosa, para luego tener un tesoro de todo lo que estás viviendo estos días y de cómo se mueve el mundo en estos momentos. Escribe cada día cómo estás, qué has hecho, qué te preocupa, qué te alegra, qué pasa en el mundo. Es un material precioso que leerás con cariño cuando todo pase, pero, además, te ayudará a sentirte muy bien, a desahogarte y liberarte de cargas emocionales. Un buen ejercicio de introspeccion puedes hacer aquí también.

Tomes la opción de escritura que tomes, te asonsejamos que por encima de todo seas honesto contigo mismo y te expreses tal cual lo sientes, y que seas amable. No importa lo que sientes y cómo lo ves todo, ese eres tú ahora y eso está bien.

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