Hoy en día lo normal es leer en silencio. Leer se ha convertido en una actividad íntima y personal y, aunque estemos solos, nos hemos acostumbrado a leer en silencio y guardarnos ese momento para nosotros. Esta forma de afrontar una lectura tiene cosas buenas y malas, se destaca el momento de ponernos enfrente de un libro como un momento dedicado a nosotros, a cuidarnos, a darnos placer intelectual, pero se pierde la lectura como acto social, como forma de interconectar con una comunidad, de comunicarnos en el mismo acto de leer, evadiendo así una de las funciones principales de los libros.
Como buenos lectores siempre estamos intentando mejorar nuestra lectura y para ello vamos a intentar de leer en voz alta, veamos sus características y las ventajas que leer a voz alzada puede depararnos.
Empezamos leyendo en voz alta
Cuando somos pequeños, nuestras primeras vivencias con la lectura las relacionamos con una voz, ya sea la de alguno de nuestros padres, o alguien con un vínculo cercano, que nos lea un cuento, un libro, y fortalezca nuestro vínculo emocional compartiendo la lectura. Leer en voz alta es una forma de transmisión oral que crea comunidad y nos relaciona como seres sociales, algo que se está perdiendo, aunque eso tiene otro artículo más detallado.
Según crecemos nos vamos encerrando en nuestras lecturas afrontándolas como algo personal, intimo, oculto casi. Sin embargo, siempre podemos recuperar ese hábito ancestral con el que crecimos y nos desarrollamos. Siempre podemos volver a leer en voz alta, ya sea para hacer grupo o estando solos para disfrutar de los múltiples beneficios que leer en voz alta nos puede proveer. Veámoslos, a continuación:
–Leer en voz alta nos ayuda a recordar mejor el contenido de nuestras lecturas, lo cual nos sirve para fortalecer nuestra memoria ejercitándola. Esto es más notorio en los niños, pero también es aplicable a la gente mayor, que quizá sea la que mayor provecho pueda sacar de esta ventaja.
–Favorece la concentración y la atención hacía lo que leemos. Con ello mejoraremos en la comprensión de los textos y ejercitaremos nuestra inteligencia en mayor medida que con la lectura silenciosa.
–Nos ayuda a desarrollar la percepción auditiva, aprendiendo así a escuchar a los demás.
–Nos acerca a los personajes, al interpretar los diálogos, y nos sirve para desarrollar nuestra personalidad y ganar autoconfianza a través de la identificación con los distintos caracteres representados.
–Leer en voz alta nos ayuda a tomarnos la lectura con calma, bajando el ritmo y concentrándonos mejor en lo que hacemos. De esta forma, salimos de la espiral en que las sociedades actuales se han convertido, en las que todo tiene que suceder rápido, inmediato y fugaz.
–Al leer más lento nos tomamos más tiempo para pensar, lo que nos ayuda con la toma de decisiones. Leer nos enseña a pensar y leer en voz alta nos ayuda a hacerlo de forma más consciente y sosegada.
–Leyendo en voz alta podemos compartir el proceso de lectura y crear vínculos afectivos más fuertes con nuestro entorno cercano. Leer en voz alta crea comunidad, nos anima a ser más asertivos y empáticos.
–Nos depara un mayor índice de bienestar, consuelo y sentido de pertenencia
Empecemos a leer en voz alta
Viendo todos los beneficios que una actividad como leer en voz alta puede proporcionarnos, es el momento de empezar a cambiar las rutinas y aprovechar que leer está alcance de todos. Volvamos a leer en voz alta, volvamos a los felices tiempos de cuando éramos niños y las lecturas compartidas nos guiaban por el mundo de los sueños, volvamos a escuchar nuestras voces y conocernos mejor, aprendamos a convivir con nuestro yo más profundo y con nuestro yo más superficial. Hagamos de la lectura una herramienta que nos lleve a ser más completos, más felices. Tan solo tenemos que empezar a leer en voz alta y disfrutar.